Rúcula, rabanito, cebolla... hace 2 meses en esos pedacitos de cantero no había visiblemente nada más que tierra, algún yuyo...
Un poco de trabajo, un poco de cuidado, y hoy, la gente del taller no sólo cosecho esas tres hortalizas, sino mucho más!
¿Cuánto
valor tiene sorprenderse de adulto? ¿cúanto de niño? ¿cuánto valor
tiene mirar nuevamente lo cotidiano, lo que está al alcance, pero con
otros ojos? y VER...
Vale Muchísimo.
Hoy se cosechó.
Pero la cosecha más valiosa no fueron la tierna rúcula, el picante rabanito, ni tampoco el verdeo...
Hoy
se cosechó "el hacer algo todos juntos", el compartir un espacio, se
cosechó asombro. Y alegría. Que fue mucha. De los grandes, de los
chicos. De los profes.
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